Flores inmensas
Bunga bangkai
La planta herbácea tuberosa Bunga bangkai es considerada la flor más grande del mundo. Pero tiene otras peculiaridades que hacen de ella una planta muy extraña y curiosa. Porque además de su tamaño impresionante, la Amorphophallus titanum despide un olor desagradable que la ha llevado a ser bautizada popularmente como "la flor cadáver". Vamos a conocer un poco más sobre esta planta. Una planta realmente grande
Un descomunal tubérculo o cormo (tallo modificado) sostiene a la planta bajo tierra y le sirve para acumular reservas. De ese tallo subterráneo surgen una sola hoja y un pedúnculo floral. En época de floración, la inflorescencia crece a razón de diez centímetros al día, hasta alcanzar una altura que de entre dos y tres metros, con un metro de diámetro de uno. Por si fuera poco, esa inflorescencia puede pesar cerca de 70 kilos y llega a vivir hasta tres días. La planta está conformada por pequeñas flores amarillas de uno y otro sexo. Las femeninas están situadas en la base y las masculinas en la parte superior. El espádice está protegido por una bráctea con pliegues que lo rodea, de color verde en el exterior y roja por la parte interna. Los frutos que produce son bayas globosas, amarillas o rojas.
Rafflesia arnoldii
De dimensiones gigantescas, la flor más grande del mundo puede llegar a pesar más de siete kilos y tener una corola de alrededor de un metro de diámetro. Es de color anaranjado, rojizo o amoratado, se llama Rafflesia arnoldii y fue avistada por vez primera en 1818, en la expedición a Sumatra que realizaronThomas Stamford Raffles (1781 - 1826, fundador de la colonia británica de Singapur) y Joseph Arnold (1782 - 1818), que murió de malaria en la aventura. Desde entonces se han encontrado varios ejemplares en algunas selvas del sudeste de Asia, pero es en el Borneo donde se han hallado un mayor número de flores.
Es una planta de estructura muy sencilla que crece solitaria a ras del suelo en medio de enredaderas tropicales, donde sólo su flor es visible. Carece de hojas, brotes y raíces, y no emplea la fotosíntesis, el proceso que usan las plantas para aprovechar la energía de la luz del sol.
Algunos dicen que es también la más nauseabunda. De hecho, es capaz de emitir calor y de oler pestilentemente a carne podrida (probablemente mimetizando así al cadáver de un animal recién muerto) para seducir a las moscas de la carroña que se alimentan de ella y han de encargarse de polinizarla.
Las raras características de la Rafflesia llevan décadas intrigando a botánicos de todo el mundo, que deseaban averiguar dónde encajaba esta extraña planta en el árbol botánico de la vida, especialmente por averiguar la evolución de esta planta parásita, que roba los nutrientes de otra planta mientras engaña a los insectos que la polinizan. Un equipo de científicos estadounidenses ha utilizado el análisis genético para resolver el misterio del linaje de esta flor. Los resultados (que publicó la revista Science) dicen que la planta proviene de una antigua familia conocida por sus flores, pero no por grandes, sino por diminutas. De hecho, muchas de sus primas botánicas tienen flores de unos apenas unos milímetros de diámetro.
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